Lo que queda por hacer
Los éxitos del mercado único no deben impedirnos ver sus carencias. Por ejemplo, el sector de servicios se ha abierto más lentamente que los mercados de bienes, aunque en 2006 se aprobó una norma muy importante, que permite a las empresas ofrecer toda una serie de servicios transfronterizos desde su sede central.
También ha habido retrasos en los servicios financieros y los transportes, donde siguen existiendo mercados nacionales separados. La fragmentación fiscal en regímenes nacionales también supone un freno a la integración y la eficacia del mercado.
La mayoría de los servicios financieros se ha liberalizado. De este modo es más fácil para los consumidores utilizar tarjetas de crédito o débito en el extranjero y enviar dinero a otros países de la UE. También se han reducido los gastos y comisiones bancarias en pagos transfronterizos.
La UE ha decidido abrir el mercado de servicios postales.
El objetivo es aumentar la competencia, bajar los precios y mejorar la calidad de servicio. Además, la plena apertura del mercado creará puestos de trabajo en nuevas empresas postales y en otros sectores que dependen de éste.